Para hacerlo primeramente leímos las bases del concurso. Luego nos dividimos en binas.
Cada grupo eligió una imagen y escribió en la Xo una historia que no podía tener más de 200 palabras.
La maestra nos ayudó a corregir la ortografía y puntuación.
Después enviamos un correo electrónico con los cuentos.
Nicolás Olivera y Diamela Cifuente participaron con el cuento "El puente del terror" y Pedro Díaz Velázquez y Micaela Vega escribieron el cuento "El brujo".
Hace pocos días llamaron de Montevideo y nos comunicaron que el cuento de Micaela y Pedro recibió una mención especial en su categoría. ¡Qué alegría sentimos!
Felicitaciones a los compañeros que participaron. Una vez más dejaron en alto a la escuela.
El Brujo.
En un lugar muy lejano, había un brujo que hacía pociones, las ponía en las botellas y las colocaba en la ventana de su casa para que les diera la luz de la mañana porque solo así las pociones hacían efecto.
Una noche, después de mucho trabajo, colocó tres pociones en la ventana para que a la mañana siguiente recibieran la luz del sol. Pero, al despertar se fijó y en las ventanas solo vio dos de sus pociones, una de ellas se había caído al jardín.
Lo que sí vio fue un gusano gigante.
El brujo pensó que el gusano se lo iba a comer. Pero se llevó una gran sorpresa cuando el gusano lo miró, le sonrió y le dijo:
-Gracias señor brujo, estaba cansado de ser un enano, de que la gente me pisara y de caerme de las hojas de las plantas. Desde ahora serás mi mejor amigo.
El brujo y el gusano pasaron largas horas conversando y lo que más les gusta es hacer fiestas.
El puente del terror.
Había una vez un hombre llamado Nicolás que decidió marcharse de su pueblo para buscar un buen futuro, sólo había algo que le asustaba; tener que pasar por el puente del terror.
Cuando iba a la mitad del puente vio una sombra, sintió un frío que recorría su cuerpo y sus piernas comenzaron a temblar.
Entonces, vio un hombre vestido de negro que le dijo: -¿Qué haces aquí muchacho? ¿Cómo te atreves? ¿No sabes que este es mi puente? ¡No puedes pasar por aquí!
Nicolás, tomando valor le preguntó:
-¿Por qué es tu puente?
- Porque aquí, hace unos años, toda mi familia murió en un accidente y desde ese día yo vivo aquí con sus recuerdos- respondió el hombre con una voz muy triste.
-¡Qué pena! Pero, ¿no has pensado que la gente del pueblo no tiene la culpa de lo que te sucedió?
El hombre, muy apenado, en ese momento se dio cuenta que el viajero tenía razón y le dijo:
- Discúlpame, puedes pasar.
Fue en ese momento que Nicolás decidió compartir su viaje con aquel hombre que estaba tan solo.
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